2 enero, 2018

«Hay que cambiar urgente el paradigma para que la realidad no nos pase por encima»

Lo señala la concejala María Eugenia Schmuck, del bloque Radical, quien preside la comisión de Gobierno, respecto a la normativa sobre la nocturnidad.

Indica que «las maneras de vivir la nocturnidad en la ciudad cambiaron profundamente» para mencionar que «lejos de abonar estrategias prohibicionistas que sólo corren detrás de los acontecimientos, hay que construir una legislación moderna que interpele nuestro presente y a nuestros jóvenes».
En tal sentido considera «impostergable en el año 2018 sancionar una nueva ordenanza de nocturnidad» y agrega que: «Hay que hacer de éste, que es un tema central en la vida de una ciudad, una política de Estado y convocar a todos los sectores que puedan aportar visiones que puedan enriquecer el diagnóstico».
Destaca que «los últimos fines de semana los rosarinos fuimos testigos de los múltiples festejos navideños que se realizaron en la vía pública y en ámbitos privados. Algunos de ellos terminaron desbordados, con situaciones muy preocupantes de violencia e incluso con víctimas fatales. La respuesta que aparece inmediatamente se vincula, en algunos casos, a pedidos de mayores controles y, en otros, directamente a la prohibición de esos eventos, la mayoría espontáneos. Lo que hay, a mi juicio, es un error de diagnóstico y ese es el fondo y la sustancia del problema a resolver».
«Si analizamos los últimos diez años de la noche rosarina, -continúa Schmuck- prohibir fue la estrategia más frecuente del gobierno local, obligado a aplicar una normativa (del año 2002) que regula la actividad nocturna de una Rosario que ya no existe».
Al respecto precisa que «hace 15 años, la mayoría no tenía celulares, tampoco acceso a internet y las redes sociales era una promesa de futuro. No era fácil organizar un evento público para cualquier ciudadano, por eso la ordenanza vigente promueve y regula como espacios de encuentro bailables y de fiesta, a grandes discotecas o boliches. Pero todo eso cambió. Cambió mucho y profundamente».

Cambios en la manera de encontrarse

De igual manera detalla que «hace al menos 10 años que empezó a cambiar en todo el mundo la manera de encontrarse, divertirse y vivir la nocturnidad. Hoy, son los menos los que van al ‘boliche que van todos’, a escuchar los hit que pasan en la radio. Ahora, cada cual va al lugar que le gusta, a escuchar la música que le gusta (pubs de pop-rock, música electrónica, peñas de folklore, espacios culturales y tantos otros). Y si ese sitio no existe, se construye, porque en poco tiempo se puede organizar un evento privado con esas características y convocar a la gente que a cada uno le interese. Más allá de la consideración que cada uno pueda tener sobre estas transformaciones, lo que no se puede es negarlas, porque son un dato objetivo de la realidad. Y si no damos cuenta de ese fenómeno, esa realidad nos termina desbordando».
En referencia a tal situación marca que «por ello los jóvenes necesitan espacios de encuentro, socialización y contención, como necesitaron siempre, pero eso no se garantiza con una normativa desactualizada, desde una lectura equivocada del problema y sin proyecto consistente. De no mediar cambios urgentes, seguiremos intentando interpelar y controlar con formatos y mecanismos absolutamente ajenos a nuestros jóvenes».
Por último manifiesta la concejala Schmuck que: «No hay más tiempo que perder ni más ‘parches’ que poner. Es hora de diseñar y sancionar una ordenanza moderna que convierta a Rosario en una ciudad que vive de día y de noche, que atraiga al turismo por la calidad y variedad de sus eventos, que escuche a sus jóvenes y promueva espacios de encuentro y entretenimiento, garantizando la convivencia y el descanso de los vecinos. ¿Se puede?, por supuesto. Si cambiamos el paradigma con el que abordamos el problema, si diagnosticamos bien y si nos comprometemos a construir legislación que dé cuenta del mundo de hoy y del futuro. Hace un año lamentábamos muertes en fiestas electrónicas y también prohibir parecía la salida más rápida y contundente. Con trabajo responsable, promoción y control, hoy resaltamos haber realizado más de 30 eventos de esas características con saldo positivo. Una muestra de que, mejor que prohibir, es escuchar a los protagonistas y hacer. Y el 2018 debe ser el año».