Obtuvieron despacho y proveído favorable varios proyectos debatidos en la comisión.
Presidida por Lisandro Zeno, del Partido Demócrata Progresista (PDP), la reunión del 21 de mayo estuvo integrada también por Aldo Poy, del mismo bloque; Agustina Bouza y Agapito Blanco, de Cambiemos; Marina Magnani, de Unidad Ciudadana; Celeste Lepratti, del Frente Social y Popular, y Roberto Sukerman, del Frente para la Victoria-PJ.
Obtuvieron despacho dos proyectos que modifican la ordenanza madre sobre asistencia a personas celíacas de Lepratti y Poy, ambas que plantean la necesidad de incluir productos alimenticios, cursos de capacitación y buenas prácticas, en cantinas de las escuelas de la ciudad, y así contribuir a la salud de niños y adolescentes que padecen esa enfermedad. En el caso de la propuesta de Poy, propone el agregado de un inciso al artículo 9º de la norma original.
De Osvaldo Miatello, de Compromiso con Rosario, los ediles dieron despacho a un pedido de informes sobre “cumplimiento de la aplicación de la ordenanza Nº 9.789 sobre prohibición del uso del glifosato” en el ejido rosarino.
Se dio proveído favorable con pase a Presupuesto a una iniciativa de Zeno para que bajo órbita municipal se cree la Casa del Donante, destinada a ser un espacio donde se invite a donar sangre e inscribirse como potencial donante de médula ósea y órganos.
Durante el encuentro de la fecha, los concejales recibieron a Luciana Arcari y Diana Ayunta Rebottaro, ambas integrantes de la Fundación «Todos por Amor», quienes requirieron el tratamiento de su proyecto de ordenanza presentado el año pasado y que propone la incorporación de la figura Hogares Comunitarios Participativos. Se trata una experiencia autogestiva que vienen desarrollando desde hace más de una década y que rescata personas mayores y discapacitados autoválidos que se encuentran en situación de calle con el objetivos de darles un hogar.
“Nos manejamos sólo con nuestros recursos y trabajamos con todas las organizaciones sociales que nos derivan personas”, expresó Ayunta Rebottaro, directora de la fundación.
Según explicó, la experiencia que vienen desarrollando a través de la conformación de espacios de convivencia permanente al que denominan “hogares”, es única en la ciudad, la provincia y el país. “Tampoco hay algo similar en Latinoamérica ni en otros países”, apuntó. En los distintos ámbitos físicos o casas, las personas se ayudan entre sí, pernoctan, se alimentan, manejan sus horarios, y comparten la vida en común.
Las mujeres reclamaron “mayor apoyo del Estado”, ya que según señalaron, sólo reciben una ayuda del gobierno provincial de 5.000 pesos mensuales. También hicieron referencia a los problemas económicos que se multiplicaron a partir de la aplicación de “tarifazos” y que llevaron al cierre de uno de los hogares.
También dijeron que “alrededor de 50 personas se pueden quedar sin lugar para vivir”, si no logran cogestionar la experiencia con los distintos estamentos del Estado.