«La prohibición de intervención de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interior ha sido un compromiso asumido por todo el sistema político nacional desde el retorno de la democracia. Ese compromiso tiende a preservar el estado de derecho frente a las posibles intromisiones del poder militar en las funciones de gobierno civil elegido popularmente, que han formado parte de la historia trágica de nuestro país; resulta indispensable para la protección del estado de derecho la infranqueable separación entre las funciones de seguridad interior y defensa nacional».

“La propuesta de Macri responde al paradigma de seguridad impulsado por los Estados Unidos, el cual se basa en la invención de ‘nuevas amenazas’ para la construcción de enemigos internos, utilizando pretextos como el narcotráfico y el terrorismo, habiéndose probado en los países donde fuera implementado, como México, Brasil y Colombia, que sólo tiende a aumentar la violencia y a degradar el sistema democrático, por el incremento de muertes civiles, principalmente jóvenes de sectores populares, y la afectación de la libertad garantizada constitucionalmente”.