29 noviembre, 2022

Declararon Artista Distinguido al diseñador y escenógrafo Hugo Salguero

El Concejo Municipal reconoció su trayectoria nacional e internacional con un acto en el Palacio Vasallo. La concejala Verónica Irizar impulsó la iniciativa.

La ceremonia tuvo lugar en el recinto de sesiones “Raúl Ricardo Alfonsín” del Concejo Municipal, y se llevó a cabo durante la mañana de hoy, martes 29.

El acto fue presidido por la autora del proyecto de distinción, la concejala Verónica Irizar, del bloque Socialista.

En tanto en el palco de honor “Manuel Belgrano” se ubicó el homenajeado junto a Florencia Balestra, directora de la Fundación «Héctor I. Astengo», y ex subsecretaria de Cultura de la Municipalidad de Rosario.

Además se encontraban presentes el titular de Grupo Oroño, Roberto Villavicencio, junto a otros profesionales de la salud, y personalidades del mundo del arte y la cultura.

En cuanto al decreto de distinción, en su parte dispositiva declara “Artista Distinguido de la ciudad al diseñador y escenógrafo Hugo Salguero, por su vasta trayectoria a nivel nacional como internacional y por crear y ser parte de la historia de nuestra ciudad”.

De Irizar

Tras la apertura de la actividad, la concejala Irizar manifestó el honor que representa esta distinción. “A veces la ciudad no se hace tiempo para distinguir a sus grandes maestros”, dijo en alusión a personalidades de la talla de Hugo Salguero.

Lo calificó como un gran maestro, que le ha aportado mucho a Rosario con sus intervenciones artísticas en negocios emblemáticos de nuestra ciudad como La Favorita, Casa Mega, Morph, Okko. “Sus vidriera, sus vitrinas, contaban historias”, reflejó.

“Te debemos también la autoría intelectual de las Colectividades”, recordó Irizar sobre el final.

Por último le agradeció en nombre de la ciudad de Rosario por el legado de su arte.

De Florencia Balestra

Prosiguió la director del Auditorio de la Fundación «Astengo», Florencia Balestra y manifestó su sentimiento de orgullo, lujo y gusto por esta distinción.

“Es una hacedor incansable, un abridor de caminos, un jugador, no le tiene miedo a nada”, expresó en referencia a Salguero.

Aseguró que con sus trabajos «apuesta a lo nuevo, a lo diferente, a la magia». “Hugo para mí es un mago”, agregó.

Al igual que  Irizar, repasó sus vidrieras emblemáticas, y sus intervenciones más recientes en el Grupo Oroño.

“Atrae, vende, convoca. Está la belleza atrás de la inteligencia. Es un combo admirable”, culminó.

Entrega de la distinción y agradecimientos

Seguidamente se procedió a la entrega de la distinción del Concejo Municipal. Irizar hizo entrega al homenajeado del decreto que contiene la copia del texto legal, y el diploma. En tanto Balestra hizo lo propio con la plaqueta recordatoria.

En el final de la ceremonia, y al hacer uso de la palabra, Hugo Salguero agradeció a Rosario, al Concejo Municipal, y fundamentalmente a la gente que lo acompañó en su carrera profesional.

“Le quiero agradecer a quienes me abrieron las puertas, a quienes me dieron la posibilidad de mostrar mi talento”, manifestó.

Repasó luego su vinculación con la familia García, titulares de La Favorita; Casinerio, en Casa Mega; y actualmente con Villavicencio, en el Grupo Oroño. “Hoy apostamos a la vida, y desde Grupo Oroño hacemos eso”, culminó.

Sobre el proyecto de distinción

La distinción de Salguero se argumentó en «la huella artística que dejó en Rosario, el país y fuera de él».

El diseñador y escenógrafo cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº 56 «Almafuerte»,y continuó los secundarios en el Colegio Nacional Nacional N° 1. Luego ingresó a la Facultad de Arquitectura, en Rosario.

Su padre, era empleado de la sección zapatería de la ex tienda “La Favorita” y pedicuro de profesión. En esas instancias del oficio de su progenitor, Salguero conoció al actor Gustavo Borelli, a quien le transmitió sus deseos de formar parte de un teatro independiente.

En aquella época, Borelli formaba parte del grupo de teatro “Los Comediantes”, dirigido por Carlos Luis Serrano, quien lo invitó a participar. De esa forma, inició sus primeros pasos dado el interés que manifestó en la escenografía, aunque también fue requerido por distintos directores para actuar en personajes de chicos o adolescentes, por su cuerpo flaco y desgarbado.

Así fue como Eugenio Filipelli lo convocó para la obra de Luigi Pirandello «El hombre, la bestia y la virtud» (1962) y para el «Diariero de nuestro pueblo» (1963).

También se destacó en el espectáculo para niños «Cuentos para cantar» con canciones de María Elena Walsh, en donde fue el vestuarista y tuvo que reemplazar a un actor, obra en la que el público lo ovacionó.

Contratado por el teatro “El Faro”, Salguero pidió ser ayudante de Saulo Benavente, momento en que nació su relación de alumno con la leyenda de la escenografía.

Por sus virtudes, la Escuela Municipal de Danzas y Arte Escénico Infantil «Ernesto de Larrechea» lo convocó para diseñar los vestuarios y escenografías de los espectáculos del ballet.

Entonces comenzó su carrera de diseño industrial en la Universidad Nacional de La Plata y, al finalizarla, regresó a Rosario donde de inmediato fue convocado por Jorge Garramuño para su puesta «Jaque a la Reina» de Peyrou y Santillán, en el teatro «La Ribera», en 1968.

Luego estrenó su título universitario diseñando máquinas de frío y se especializó en Estados Unidos y México. De regreso, ganó un concurso para instalar un sistema de cámaras frigoríficas que se encastraban con un gran mecano, en Cuba.

Siempre utilizando recursos inspirados en la escenografía teatral, tuvo una experiencia laboral en Rosario en el comercio de decoración Casa Mega, en calle Pueyrredón, entre Córdoba y Santa Fe. A continuación, volvió a Buenos Aires para diseñar el espacio del proyecto comercial Morph, viajando para ello dos veces al año a India, China, Indonesia, para buscar objetos e inspiración.

Su formación técnica, el bagaje de conocimiento y la inspiración teatral, definieron los trabajos realizados para el Grupo Oroño, propietarios de sanatorios instalados en el boulevard rosarino.

En nuestra ciudad, quedó como un hito su escenografía y vestuario para la  puesta en escena de “Inodoro Pereyra, el renegau”, en el verano de 1977.

En ese momento, el Artista Distinguido estaba trabajando en «La Favorita» cuando Norberto Campos lo fue a buscar para la obra. Años después participó en “La Casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca, dirigida por Campos.

A mediados de los años ’70 y principios de los ’80 fue convocado para varias puestas en escena por Eugenio Filipelli, como “La Nona”, “Locos de Verano”, “Un enemigo del pueblo”, y “Casa de Muñecas”.

En sus épocas porteñas, también trabajó para la obra “Saltimbanquins”, con Inés Estevez, hizo diseños para Eduardo Bergara Leumann y Lino Patalano quien le encargó el diseño de la sala del Maipo Cabaret.

La noticia del cierre de la tienda Falabella tocó una fibra sensible de la rosarinidad. Aunque el edificio de Córdoba y Sarmiento desde mediados de los ’90 tiene un cartel con su nuevo nombre, muchos todavía la identifican como «La Favorita».

Hugo Salguero fue el escenógrafo que en la década del ’80, creó las escenas de sus vidrieras y que quedaron grabadas en la memoria de la ciudad. «Vendíamos fantasías», resume en una nota periodística.

«Varias instituciones y comercios de la ciudad tienen algo de su impronta, pero por ninguno de esos trabajos se lo recordará tanto como por sus vidrieras de La Favorita», se fundamenta en el texto de la declaración, entre ellas las famosas de Navidad.

Según relata el artista, la base de operaciones para el diseño y montaje de las vidrieras era el tercer piso del señorial edificio de Sarmiento y Córdoba. Allí estaban los talleres de carpintería, herrería y electricidad y los equipos de vidrieristas encargados de materializar las ideas de Salguero. También se amontonaban decenas de maniquíes, de varones, de mujeres y de niños importados de Inglaterra, únicos en la ciudad.

Frente a las vidrieras de «La Favorita» pasó parte de la historia de la ciudad y “sin dudas Hugo Salguero fue el artífice de memorables e inolvidables recuerdos en todos los rosarinos y rosarinas que las contemplaban imaginándose las maravillosas historias que reflejaban”.