Se dio despacho a un pedido de inspección de un inmueble presentado por el ex concejal Roberto Sukerman. Los medidores de agua para edificios, uno de los temas de debate.
Presidida por María Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular, la reunión del lunes 16 de marzo se llevó a cabo en el Salón de los Acuerdos “Dr. Lisandro de la Torre”. Estuvo integrada por Fabrizio Fiatti, de Creo; Jesica Pellegrini, de Ciudad Futura-FSP; Verónica Irizar, del bloque Socialista, y Roy López Molina y Agapito Blanco, de Cambiemos.
Gigliani puso en discusión varios expedientes. En principio se debatió una iniciativa del ex edil socialista Horacio Ghirardi e Irizar para que se modifique el Reglamento de Edificación en cuanto a incluir medidores individuales de agua como alternativa a la tarifa que se calcula por metro cuadrado.
Sobre esa iniciativa, Blanco opinó en disenso ya que “la diferencia de costos no la pagarán los constructores, sino los usuarios y mucha gente se va a quedar afuera del acceso a la vivienda”. Y propuso que en cada edificio se instale un medidor general y se compute el consumo de agua por expensas a cada propietario. En tanto Gigliani consideró que “es una cuestión de que pague más el que más consume” y ejemplificó con el caso de los jubilados, quienes consumen un mínimo de ese servicio. Por su parte, Fiatti se comprometió a realizar consultas técnicas.
Del ex concejal justicialista Roberto Sukerman, se acordó dar despacho a un pedido de inspección de un inmueble ubicado en Buenos Aires al 2000.
También se debatió en la reunión una propuesta de Blanco para que se informe en el certificado urbanístico la existencia de proyectos tratados por el Concejo que modifican las condiciones urbanísticas, vinculada a las construcciones. El proyecto no logró acuerdos de Gigliani, Fiatti y Pellegrini, en tanto que la concejala de Ciudad Futura expresó que su bloque tiene un proyecto que busca un mecanismo de participación ciudadana para proyectos de impacto urbanístico.
De Norma López, del Frente de Todos-PJ se analizó una iniciativa de su autoría que encomienda una inspección técnica específica del estado de conservación de las fachadas. Fiatti señaló que se recargará sobre el municipio a partir de las demandas que significará la tarea de inspectores y que ese mantenimiento es responsabilidad de los propietarios de los inmuebles.
López Molina mencionó una propuesta de su autoría sobre «Fachada Segura» que perdió estado parlamentario «y que podría retomarse». Gigliani mencionó que está trabajando en otro similar.
Luego López Molina leyó y se refirió a una iniciativa suya para crear el Sistema de Gestión Centralizado para la Edificación Urbana, en tanto Gigliani pidió tiempo para estudiarlo.
Otro de los expedientes que se debatió y quedó en estudio es un proyecto de un edifico de oficinas y depósito de repuestos de autos, a desarrollar en avenida Pellegrini al 4700. Irizar argumentó que “esa es una zona en la que existen lavaderos informales y que necesita un mayor desarrollo urbanístico”. Por su parte, Blanco acordó que «ese tipo de emprendimientos generan mano de obra».
De Blanco y otros ediles se analizó un proyecto que modifica el Reglamento de Edificación “para que se hagan inspecciones periódicas de manera regular en obras y que se incluyan en en un protocolo”. Irizar, le contestó que “existe un plan de fiscalización y hay obras que a lo mejor demandan una mayor atención que otras». Y luego apuntó: “No se puede tener un inspector por obra”. Gigliani también cuestionó al señalar: “Tenemos que ser cuidadosos en cuanto a las horas-hombre que se necesitarían, por eso es importante que las inspecciones estén direccionadas”.